Cuando crees saber

A veces me sorprendo a mi misma creyendo que sé algo. Me ocurre siempre tras una especie de revelación, un instante de certeza, en el cual pareciera que hubiese encontrado las respuestas a todas mis preguntas. Y entonces desaparece el rastro de certeza, para descubrirme que las certezas no son frases, no son teorías, no son conceptos. Pero mi mente trata de capturarlas, manipulándome de todas las maneras posibles para vuelva a aparecer ese eco tras una comprensión aparentemente sencilla, un concepto, una idea. Y entonces me descubro a mi misma nuevamente refugiada, tras mis pensamientos que tratan de capturar lo incomprensible, y tratando de convencerme de que lo que veo no es más que una ilusión.

Cuanto le cuesta a mi mente comprender que no es en las formas donde se haya aquello que hace que la vida cobre vida. Que no es el pensamiento, ni la belleza efímera de un paisaje lo que ando buscando. Porque al andar buscando ya no estoy viendo. Y ver es incompatible con querer atrapar nada.

Cuanto le cuesta a mi mente rendirse ante el misterio de no saber, en un campo y en un espacio-tiempo en el que las teorías no pueden ser capturadas, y la única manera de aprender a vivir es viviendo.

Cuanta ignorancia descubro tras mis solemnes palabras. Y cuanta sabiduría cuando por fin me atrevo a mirar mi extensa y basta ignorancia.

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